Uno de los grandes y peores hábitos que tenemos a la hora de comer durante todo el día es hacerlo, por norma, muy pocas veces -quizás tres sólo- pero mucha cantidad.
Ese es el primer detalle que cambiar si queremos un cuerpo sano, en forma y con un hambre controlada.
Por ello los expertos indican que lo más apropiado es comer, como mínimo, cinco veces al día, repartiéndose de la siguiente manera: desayuno, media mañana, almuerzo, merienda y cena.
Esta sería la división básica y tradicional, en la que meteríamos entre las grandes comidas pequeños alimentos como yogures desnatados o 0% y frutas, siendo la más idónea la manzana, aunque cualquiera, excepto las que más calorías tienen como chirimoya, plátano, uvas o cualquiera en almíbar.
Comiendo algo ligero entre estas comidas -no hablamos de picar- conseguiremos llegar con menos hambre a almuerzo y cena, por lo que comeremos más controladamente y comeremos menos de otros alimentos que a buen seguro serán más calóricos que una manzana.
Además, también conseguiremos que nuestro cuerpo esté siempre gastando calorías para digerir los alimentos tomados, a la par que mantendremos el metabolismo activo.
Además, también conseguiremos que nuestro cuerpo esté siempre gastando calorías para digerir los alimentos tomados, a la par que mantendremos el metabolismo activo.
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